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El 1 de febrero se celebrará en Bilbao el ejercicio colectivo del Encuentro Talaia Feminista, para trabajar el dossier de 2024. Además de abordar la coyuntura de un año en el cual se ha intensificado la violencia, se van a analizar tanto las políticas y estructuras públicas de igualdad, como la salud mental.

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Talaia Feminista concluye que en el año 2024 se intensificaron las violencias y se expandieron nuevas formas de violencia explícita y simbólica.​

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El grupo promotor de Talaia Feminista ya tiene listo el dossier donde se analiza el año 2024. Hoy, 20 de enero, se han dado a conocer algunos de sus contenidos en la presentación realizada en la librería Louise Michel Liburuak de Bilbao. Entre otras cosas, se concluye que este último ha sido un año en el que se han incrementado las diversas violencias. Sin embargo, también se han identificado las resistencias frente a las mismas, y las oportunidades de cara a nuevos horizontes. Toda mujer feminista y soberanista de Euskal Herria tendrá la oportunidad de profundizar en este análisis de coyuntura en el Encuentro Talaia Feminista que se realizará el 1 de febrero en Bilbao, en la Facultad de Economía y Empresa de Sarriko de la UPV/EHU, con la colaboración de dicha facultad. Asimismo, se han anunciado otros dos temas que se abordarán en el Encuentro: la situación de las políticas y estructuras públicas de igualdad en Euskal Herria, y las principales preguntas sobre salud mental.

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“Talaia Feminista sigue adelante. Una feliz noticia para las mujeres* independentistas y/o soberanistas que nos sentimos parte de esta comunidad en la que trabajamos para soñar y conseguir una Euskal Herria feminista”, ha señalado Iolanda Jubeto, componente del grupo promotor. Talaia Feminista analiza lo sucedido cada año desde el punto de vista del feminismo “para valorar si vamos avanzando o si estamos retrocediendo en el camino de la transformación feminista de Euskal Herria”. El dossier del año 2023 fue el primero, y hoy se ha presentado el segundo, el de 2024. Durante la presentación, Begoña Zabala y Amaia P. Orozko han profundizado en uno de los temas trabajados en el dossier: el análisis de la coyuntura del año. Han destacado lo siguiente: “Hemos constatado que la violencia sistémica se ha reorganizado, recurriendo a las formas más explícitas y descaradas, y utilizando nuevas formas de violencia implícita y simbólica”.


Se han centrado en cuatro ejes: la violencia machista, el territorio, las guerras y conflictos armados, y la extrema derecha. En cuanto a la violencia machista, han señalado que la lucha contra ella se está institucionalizando -con consecuencias tanto positivas como negativas-. Asimismo, han subrayado que el movimiento feminista tiene una capacidad de movilización nunca vista, definiéndose como un sujeto plural e interseccional, y abriéndose a nuevas formas de organización. A la par, afronta diversos retos, como el uso de las redes sociales, el fortalecimiento de la impunidad o el incremento de la sensación de inseguridad. Mirando al horizonte, los retos que se han marcado han sido, entre otros, la complejización del concepto de violencia, y la profundización en la interseccionalidad.


Al reparar en el territorio, han explicado que 2024 ha estado marcado por las movilizaciones del sector agrario. “Manifiestan un profundo malestar, pero presentan elementos de preocupación”. También han planteado otro elemento preocupante: “Se ha consolidado una
forma de hacer frente a la crisis ecológica, basada en megaproyectos, que no ha sido decidida democráticamente y que se puede considerar como violencia territorial”. Al mismo tiempo, se están organizando resistencias desde la agroecología, el ecofeminismo, las movilizaciones contra los megaproyectos, y la proliferación de cooperativas y comunidades energéticas. De cara al futuro, han identificado la urgencia de abordar los debates abiertos de forma democrática y planificada; la lucha por una soberanía ecofeminista que reconecte la tierra, la vida y los cuerpos; y la reivindicación del derecho colectivo a la alimentación.


En el análisis de la guerra y el conflicto armado, han destacado el crecimiento global de los conflictos armados, junto con el aumento del gasto militar y la normalización de los discursos militaristas. En este contexto, han recordado que las migraciones forzosas provocadas por
las guerras se producen en un contexto de fuerte restricción de los derechos de las personas migrantes, y que las guerras suelen ser escenario de una violencia machista y sexual intensa. Por ello, consideran necesario retomar la tradición de las movilizaciones antimilitaristas y el activismo feminista de Euskal Herria, por un lado, para sacar a la luz las responsabilidades y denunciar el vínculo entre las guerras, el patriarcado, el capitalismo y el colonialismo; y, por otro, para que se materialice el feminismo internacionalista y antimilitarista.

 

En el caso de la extrema derecha, señalan el avance generalizado de la misma en Europa, una cuestión que va más allá de los procesos electorales. Dicen claramente que la extrema derecha se nutre del sentimiento generalizado de escasez y miedo provocado por los procesos de precarización de la vida. Asimismo, mencionan la existencia de una reacción contraria al feminismo desde diversos sectores, y que todas las ultraderechas utilizan a la mujer y al feminismo con un fin instrumental. “Es urgente reconocer que la extrema derecha como
ecosistema ya está presente en Euskal Herria, pero que todavía existe una arquitectura sociopolítica capaz de canalizar por otras vías el sentimiento de impugnación del sistema”, añaden. Cuidar esa red es de vital importancia, y es necesario seguir profundizando en su
carácter democrático, así como crear un horizonte de derechos frente a la precariedad.

 

Talaia aborda también las resistencias y menciona tres ejes principales. Por un lado, “la denuncia de la impunidad, a nivel global y cotidiano, y desenmascarar la trampa de la sensación de inseguridad”. Por otro, la politización de la violencia, rompiendo su invisibilidad. Finalmente, crear un horizonte de superación del marco institucional propio del sistema que ejerce violencia. Señalan que es necesario reforzar y acumular resistencias, centradas en Euskal Herria, en el feminismo y sus genealogías y saberes. Citan como modelo el encuentro de la Marcha Mundial de las Mujeres que tendrá lugar el próximo sábado, 25 de enero, en Iruñea, haciendo un llamamiento a acudir a él: “Es un feminismo responsable, con capacidad para afrontar las encrucijadas que encuentra en el camino”.
 

Políticas de igualdad y salud mental
 

Tras compartir el análisis de coyuntura, Kizkitza Gil de San Vicente ha abordado los otros dos temas del dossier. Sin profundizar demasiado en los contenidos, ha adelantado las preguntas que tratarán en el Encuentro Talaia Feminista del 1 de febrero. En relación con las políticas de igualdad y las estructuras públicas: “En un intervalo de medio siglo se han reconocido formalmente los derechos de las mujeres, se han establecido instrumentos para mitigar brechas y discriminaciones, y se han estructurado en cierta medida políticas públicas de igualdad. ¿Cómo ha sido ese proceso en Euskal Herria? ¿Qué lectura hace el feminismo? ¿Qué límites y modelos a seguir se han detectado en el desarrollo de esas políticas? ¿Son participativas? ¿Qué necesitan las políticas y estructuras públicas para ser eficaces y transformadoras?”.


En cuanto a la salud mental, ha planteado lo siguiente: “Según los datos, como sociedad tenemos un grave problema en el ámbito de la salud mental. Pero los datos también nos muestran que la solución no funciona: cada vez hay más diagnósticos, cada vez hay más
medicación... y el número de diagnósticos sigue aumentando. ¿Se está visibilizando de forma adecuada la salud mental? ¿Cuáles son los factores que están detrás del sufrimiento? ¿Cómo podemos politizar e investigar su origen social? ¿Qué caminos tenemos o queremos crear para abordar el sufrimiento mental de forma colectiva?”.


Los contenidos ya están disponibles en la web (www.talaiafeminista.eus) y la inscripción para el Encuentro Talaia del 1 de febrero, abierta. Tras él, las componentes del grupo promotor iniciarán en los próximos meses una labor de divulgación e interpelación. “Tenemos claro que tan importante como hacer un análisis feminista riguroso es su socialización. Talaia Feminista es también un instrumento para construir visiones comunes e incidir en la sociedad, con el objetivo de impulsar la transición feminista en Euskal Herria”. En definitiva, a través del análisis de la coyuntura y de temas específicos, pretenden profundizar en el análisis feminista de Euskal
Herria y llenar de contenido el horizonte feminista necesario para la transformación.

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